La logística

La logística es el área de la empresa que abarca la planificación, la organización y el control de todas las actividades relacionadas con la obtención, traslado y almacenamiento de productos, desde la adquisición hasta el consumo, así como los flujos de información involucrados en esta actividad.

Podemos entender la logística desde dos puntos de vista, uno Macro y otro Micro:

Dentro de la Macrologística, se incluyen las iniciativas públicas y privadas orientadas a mejorar la competitividad de la empresa, además de atraer a nuevas, en una región determinada. Mejorando para ello las infraestructuras de transporte y sus relaciones, posibilitando la intermodalidad y el flujo de mercancías.

Mientras que la Micrologística se centraría en la logística empresarial, en la cadena de suministro de una empresa. Esta cadena de suministro o cadena logística es la suma de actividades interconectadas de áreas como la planificación, coordinación y control de materiales, desde el proveedor hasta el cliente.

Entre los elementos de esta cadena logística destacan los proveedores, los centros de producción, los almacenes, los sistemas de transporte, los puntos de venta y el cliente.

Pero lo más importante que tenemos que saber es que, en la cadena de suministro, no solo hay un flujo de bienes, también hay un flujo monetario y aún más importante y denostado, un flujo de información interesantísimo, quizás más valioso que cualquiera de los otros dos flujos.

Es habitual entender este área como una de apoyo a la producción, centrada exclusivamente en matizar aspectos estratégicos de la misma y el transporte de los bienes. Pero nos olvidamos de que la información con la que trabaja Logística también puede retroalimentarse en todas las áreas de la empresa, empezando por producción y terminando en Marketing.

El gran problema, que a nuestro entender, tiene esta área, es la confusión que genera al compararlo con el área de Producción. Esto suele ocurrir por la falta de importancia que se le dan a estas dos áreas y especialmente por la falta de información que se tiene de ambas. Lo que lleva a que sus fronteras de actuación se mezclen o sean diferentes según la empresa en la que estemos, generando una mayor dificultad para homogeneizar y desarrollar las responsabilidades de los especialistas de cada área.

En definitiva, en algunos casos esta situación de cierta confusión no tiene grandes consecuencias, pero en la mayoría de los casos el uso inapropiado de estos conceptos termina suponiendo un coste y una desventaja competitiva. Por lo que una vez más, desde Método 403 alertamos del riesgo de no conocer bien los conceptos que corresponden a nuestra actividad, o de no sacarle todo el partido que deberíamos.

No nos cuesta nada poner interés en lo que hacemos y escuchar los consejos de los especialistas en esta materia. Aunque no podamos abarcarlo todo, si podemos rodearnos bien.

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